España cuenta con una amplia y rica reposteria tradicional relacionada con los acontecimientos religiosos más relevantes. En todas las esquinas del país se celebran las fiestas de Pascua o la semana santa alrededor de sencillos postres que hacen las delicias de todos.

Torrijas

torrijas

Las torrijas son uno de los dulces de semana santa más conocidos. Su aparición se remonta a la Edad Media, y se dice que se las daban a las parturientas para facilitar su recuperación. Están asociadas a la Cuaresma, porque en ese momento del año no se podía comer carne. Eso, unido a la pobreza del país, llevó a elaborar este popular producto con las sobras del pan duro. A principios del siglo veinte las torrijas eran muy consumidas en las tabernas de Madrid, junto con un buen vaso de vino.

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Para su elaboración se necesita pan duro, leche, huevos, azúcar o miel. Tenemos que poner la leche a hervir con un palo de canela y cuando rompa a hervir añadir el azúcar. Después, pasaremos el pan a esta mezcla, hasta que se empape bien con la leche. Por último, se pasa por huevo y se fríe en abundante aceite hirviendo. Se espolvorea con azúcar y se sirve. Es un postre contundente, y está tan bueno frío como caliente. Es perfecta como desayuno o merienda acompañando a un café con leche. Las torrijas también se elaboran con vino.

Huesos de Santo

huesos de santo

En noviembre, para el día de Todos los Santos nunca deben faltar los Huesos de Santo. Es otro de los productos estrella de la repostería tradicional. El ingrediente principal es el mazapán, que se utiliza en España desde la época andalusí. Los Huesos de Santo nacen en la época de la ocupación árabe de la península, por eso tienen tanta relevancia en España. La presentación del dulce tiene forma de hueso, con la pasta de almendra haciendo las veces del hueso propiamente dicho con una pasta en el interior, como si fuese tuétano. Tienen mucho parecido con un relicario, por eso son uno de los postres con más tradición religiosa.

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Para su elaboración son necesarias las almendras, el azúcar y patatas para el exterior. El interior se rellena con un almíbar elaborado con yema de huevo y azúcar. Para finalizar, se baña el hueso con una glasa. Es un postre muy dulce, para ocasiones especiales. Su elaboración totalmente artesanal lo hace un producto muy exclusivo y delicado.

Monas de Pascua

monas de pascua

Las Monas de Pascua son uno de los productos más típicos de la Semana Santa. De hecho, hay una gran variedad de monas diferentes por toda la cuenca mediterránea. Se consume principalmente al final de la época de Cuaresma, que abarca las fechas comprendidas entre el Miércoles de Ceniza y el Domingo de Resurrección. Durante estas fechas se practicaba el ayuno, y este postre se consumía para finalizarlo. Según la tradición, el padrino o el abuelo de un niño debían regalarle estos dulces de Pascua, una torta con tantos huevos duros como años cumplía el niño. Las Monas de Pascua empezaron a elaborarse en pastelerías a partir del siglo XIX y fue a partir de ese momento cuando se empezaron a sustituir los huevos duros por chocolate o figuras de azúcar. Así es como las conocemos ahora, aunque aún se pueden encontrar las tradicionales con huevo duro en algunas confiterías. En la Región de Murcia se pueden encontrar monas con huevo durante todo el año en las panaderías y confiterías. De hecho, son una merienda habitual de muchos niños. Se elabora con agua, harina, leche, alguna grasa (manteca, aceite o mantequilla) y azúcar. En el fondo, no deja de ser una masa enriquecida, como la de un bollo suizo. La masa se deberá trabajar como lo haríamos con una masa de pan, pero con la particularidad de que está será más pegajosa, por las grasas presentes. Habrá que dejar levar la masa dándole la forma deseada. La mona puede ser alargada o redonda. La tradición manda tomarla el lunes de Pascua.

Buñuelos

buñuelos

Los Buñuelos son un dulce de Pascua propio de las fiestas religiosas de Semana Santa. Tienen amplia tradición en toda España, pero deben su origen a los pueblos del sur de la península. En la época de la guerra morisca, las clases más bajas se dedicaban a la venta ambulante de estos buñuelos para ganarse la vida. Valencia los toma durante las Fallas con calabaza, y en Baleares los toman de diferentes sabores, pero siempre coincidiendo con fiestas religiosas. Son populares los buñuelos de viento que se toman en Cataluña durante la Cuaresma. También los buñuelos con crema, tan ligeros que parecen estar rellenos de aire. Para hacerlos será necesario elaborar una pasta en caliente con agua, harina y huevos. Los huevos habrá que incorporarlos uno por uno a la masa, para que no cuajen. Es un proceso bastante laborioso, pero con unos resultados sorprendentes. La masa es ligera y esponjosa y se hace totalmente imposible comer solo una pieza. Se pueden finalizar como fritura en sartén o dorarlos al horno. También se rellenan con crema de sabores o dejarlos como están, espolvoreados con azúcar.

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Leche frita

leche frita

La leche frita es sin duda uno de los postres con más arraigo y más tradicionales de España. Su consumo es más elevado en la zona norte de la península. Depende de la zona se elabora de distintas maneras, pero todas las recetas tienen los mismos ingredientes en común: leche, azúcar, canela y yema de huevo. También es habitual aromatizar la mezcla con limón. Deberemos cocer la mezcla a fuego suave hasta que espese. En ese momento habrá que pasar la mezcla a una bandeja y dejar enfriar la mezcla. Acto seguido se corta la masa en porciones y se reboza en huevo y harina para finalizar friendo cada pieza. Es un postre muy delicado que puede recordar en el sabor al arroz con leche o la leche merengada. Se suele tomar como postre, aunque también es muy adecuado para tomar con un café o la merienda.

 

La Vía Verde del Noroeste de la Región de Murcia es una de las rutas cicloturistas más sorprendentes de España. Su belleza paisajística, la calidad y el acondicionamiento de sus senderos, además de las grandes posibilidades que ofrece tanto a nivel cultural como gastronómico toda su travesía, la convierten en una experiencia que si eres amante de la naturaleza debes vivir.

Recorrido

El recorrido se desarrolla entre Murcia y Caravaca de la Cruz, una ruta cicloturística de 78 kilómetros caracterizada por la accesibilidad para todos los públicos, ya que cuenta con muy poco desnivel gracias al aprovechamiento de las vías del antiguo ferrocarril que unía ambas localidades.

Durante el camino podrás disfrutar de los diferentes paisajes que te brinda esta zona de la región de Murcia y que son un auténtico deleite para los sentidos, como también lo es conocer la cultura o la gastronomía de todos y cada uno de las localidades por las que te aconsejamos adentrarte, que son Molina de Segura, Murcia, Campos del Río, Alguazas, Mula, Albudeite, Cehegín, Bullas y Caravaca de La Cruz.

Si aún no conoces este auténtico lujo hecho travesía, debes saber que está habilitada desde 1998 para su uso como vía verde, y sus antiguas estaciones de ferrocarril son hoy albergues para los peregrinos, donde descansan y conocen un poco más a fondo la idiosincrasia de esta zona a la vez que cogen fuerzas para continuar con su camino.

La #ViaVerdedelNoroeste es el mejor lugar para disfrutar de la naturaleza - Twitea

Etapas

La Vía Verde, que se puede recorrer a pie, en bicicleta o a caballo; consta de cuatro etapas. La primera del Campus de Espinardo a Alguazas (10 km), la segunda de Alguazas a Mula (25 km), la tercera de Mula a Bullas (23 km) y, por último, de Bullas a Caravaca de la Cruz (22 km).

Además de la naturaleza, donde contrastan los ecosistemas áridos con otros de frondosa vegetación, especialmente de pinares, a lo largo del extenso itinerario puedes hacer un recorrido por la historia de la zona con la visita a buena parte de su patrimonio. En estos casi 80 kilómetros se encuentra un amplio conjunto monumental compuesto por: el Santuario de El Niño, los cascos urbanos de Mula, Bullas y Caravaca de la Cruz, los Baños Termales de Mula y las Ruinas de Begastri, entre otros.

Tampoco dejan indiferente a nadie los albergues, antes estaciones de ferrocarril y ahora recuperadas para el descanso del peregrino, por las que se hace un repaso a la historia más reciente en torno a un tren que comenzó a operar en 1933 entre la localidad de origen y la de destino.

En torno a 100 000 personas, entre vecinos de la región y visitantes atraídos por los encantos que aquí encuentran, pasan por la Vía Verde de media al año. Es un recorrido que puedes plantearte en familia o con amigos desde varias perspectivas y con la característica común de que en todas ellas puede vivir con intensidad las maravillas que ofrece esta ‘alfombra’ verde en cada kilómetro.

Punto de vista histórico

La perspectiva histórica y religiosa de este camino es uno de sus grandes atractivos. La propia Catedral de Murcia o el Museo Salzillo forman parte de este patrimonio, que se completa con vestigios arquitectónicos de diferentes épocas y que narran con su sola presencia cómo fue la vida de nuestros antepasados, tales como los acueductos que forman parte de la vega media del Segura. O los antes mencionados cascos históricos de los municipios que forman parte de la Vía. Entre ellos destaca el de Cehegín, que además cuenta con el yacimiento arqueológico de Begastri, un asentamiento cuyo origen se data de los íberos y que en su día fue una de las ciudades más importantes del Mediterráneo.

Y por supuesto, la última parada, Caravaca de la Cruz, localidad histórica por antonomasia  y un lugar de culto para la Iglesia Católica, pues está catalogada como ciudad santa y por lo tanto tiene la capacidad para celebrar Año Jubilar. Famosa por la belleza de su casco histórico, no puede haber mejor final del recorrido, impactando la majestuosa estampa de su Santuario, que anuncia la ansiada llegada con un regalo para los sentidos.

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Gastronomía

Si eres amante de la buena gastronomía también estás de enhorabuena desarrollando el camino de la Vía Verde. Cada uno de los pueblos que conforman el recorrido cuenta con sus particularidades en los fogones, convirtiendo la tradición culinaria en otro de los grandes atractivos. Más aun cuando la variedad es extensa como es el caso. Las yemas y embutidos son clásicos en la zona de Caravaca de la Cruz y también en Cehegín.

Por su parte, Bullas es conocida por su tradición vinícola y cuenta con la Denominación de Origen en unos caldos célebres dentro de la geografía española por la gran aceptación que tiene entre los enólogos. Bodegas del Rosario o Carrascalejo, entre otras, forman parte de las firmas productoras que trabajan con mimo unos viñedos que dan todos los años en torno a 10 millones de litros.

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Yemas de Caravaca

Llegando a Caravaca, no nos podemos olvidar da las famosísimas Yemas de Caravaca, unas delicias con huevo y caramelo que ahora también se pueden encontrar en distintas versiones de chocolate y ron.

La de las torrijas murcianas es una de las recetas de las que puedes disfrutar por la Vía Verde. Este postre de gran tradición en la cultura española, casi en exclusiva en tiempo de Cuaresma, es una receta habitual en la región.

En la Vega Media son típicos los papajotes, dulce que envuelve una hoja de limonero y del que se puede decir que es un símbolo de la región. Pese a su aspecto rústico, esta receta se caracteriza por su gran sabor, en el que el aceite de oliva es parte esencial.

Los michirones son otro plato típico dentro de la gastronomía murciana, muy habitual en las cartas de los bares que te encuentres a tu paso. Este guiso contiene picantes como la guindilla que lo hacen ideal sobre todo en épocas de frío. Tampoco podemos obviar el zarangollo, receta típica elaborada a base de los productos de la huerta murciana, con el calabacín y la cebolla como protagonistas.